La realidad que no queremos ver

Mi visita al Rebost Solidari de Pineda de Mar

Son las 08:00 de la mañana y el día amanece muy nublado, he quedado con Francisca a las 09:00, así que me ducho, desayuno y me preparo para acudir al encuentro con ella. Puntual, como siempre, Francisca me está esperando en el lugar donde hemos quedado. Caminamos por una explanada con el mar de fondo rumbo al Rebost y Francisca me cuenta su funcionamiento y cómo se organizan, también comenta que estos últimos meses a raíz de la crisis sanitaria las familias que solicitan alimentos se han multiplicado y se necesitan voluntarios.

Rodeamos un edificio de viviendas y lo primero que vemos es una furgoneta de la cruz roja delante del lugar, Francisca me comenta que normalmente cada lunes y a veces dos veces a la semana se reponen alimentos, todo depende del volumen de familias que acudan. Cuando llegamos a la puerta vemos un chico joven, de unos 30 años aproximadamente con una bolsa esperando a ser atendido. 

El local está situado en la planta baja del edificio y tiene aproximadamente unos 90 metros cuadrados. En la entrada hay un mostrador de madera donde deben esperar las familias para ser atendidas, una lona colocada detrás de la estantería con las inscripciones del Rebost Solidari y el logo de la Cruz Roja, forma un pasillo que los usuariXs han de recorrer para acceder a la zona del almacén donde se ubican los alimentos y productos de primera necesidad, cada producto está etiquetado con los puntos correspondientes a su valor. En la parte trasera hay varias cámaras frigoríficas con carne, fruta y verdura y también el hangar donde se depositan los palés de alimentos procedentes de las organizaciones (El ayuntamiento, Cruz Roja y Comunidad Europea) que ceden estos alimentos.

 

Elvira, la encargada de la organización, nos recibe y nos presenta a Mari Carmen y Cecilia que junto a Francisca forman el turno encargado de ayudar a las familias que acudirán esa mañana. Elvira nos explica el funcionamiento del Rebost, nos comenta que las jornadas se dividen en turnos de 4 horas y que ellas se encargan de supervisar y asistir a las personas que vienen a adquirir los alimentos y productos de primera necesidad. 

Elvira también me aclara el proceso que se sigue para la asignación de puntos a cada familia para poderlos intercambiar para alimentos. La administración local reparte estos puntos a los necesitadXs dependiendo de la situación familiar y laboral en la que se encuentran durante un tiempo determinado. Una vez esos puntos están asignados, lXs interesadXs llaman al Rebost para pedir turno y acudir a recoger los alimentos. El Rebost reparte y regula los turnos de las familias,asigna día y hora a las personas que solicitan el servicio hasta que finaliza su prórroga para pedir alimentos. Cuando finaliza esta prórroga, la administración evalúa de nuevo la situación de la familia y vuelve a asignar un número de puntos dependiendo de la situación en la que se encuentre/n.

  

Hoy parece que el día es tranquilo, solo está el chico que vimos en la puerta. Ya dentro de la zona de supermercado Mari Carmen ayuda y asiste al chico, que se llama Gabriel, para rellenar la bolsa que lleva consigo de los alimentXs que decida hasta completar con los puntos que le han otorgado, de mientras Cecilia repone los alimentos del reparto que ha llegado esta mañana y Elvira atiende a una mujer que acaba de llegar con su carro de la compra. Fijándome en los alimentos me llama la atención una bolsa de M&M, Francisca me comenta que ese tipo de alimento no es muy comun pero cuando llegan se agotan bastante rápido.

 

Noto que mi presencia incomoda un poco a los asistentes por eso tengo mucho cuidado con las fotos y apuntes que tomo y trato de ser discreto, en cambio el recibimiento por parte de las voluntarias ha sido muy cálido y amistoso, les agrada el interés mostrado y no dudan en facilitar información acerca del funcionamiento de esta entidad. Se percibe la complicidad entre las voluntarias de este turno y la vocación que tienen para ayudar a las personas, la empatía es un valor que tienen muy arraigado.

Después de tomar los apuntes y fotografías necesarios me despido de ellas, he permanecido en el local el tiempo necesario para poder comprobar la relación y el comportamiento entre todXs ellXs. Cuando salgo del local el día parece otro, las nubes se han disipado y el sol brilla, me quito la sudadera y emprendo rumbo hacia casa pensativo.


Dimensión Cultural

Por las experiencias que me cuenta Francisca, lo que he podido vivir, y el tipo de organización que es, la cultura que está instaurada en El Rebost no tengo dudas de que es el colectivismo, el valor principal es el de ayudar a los demás ofreciendo un tiempo que bien podrían estar ocupándolo en otra actividad más individual, pero se prima el interés por ser solidario con gente que lo está pasando mal ofreciéndoles una ayuda, en este caso se subordinan los intereses personales por el bien del grupo. Aunque existe una Jerarquía dentro de la organización, pues Elvira es la encargada y Cecilia la supervisora (en el turno que he tenido la oportunidad de asistir), esos cargos son más bien simbólicos y funcionales, el grupo funciona de manera igualitaria y la toma de decisiones se consensuada, la cercanía entre los miembros hace que la organización permanezca unida.

Por otro lado, he podido percibir claramente que el tipo de cultura del Rebost está orientada a la Feminidad pues tienen una visión amplia y completa sobre los papeles que juegan los hombres y las mujeres dentro del grupo.  El equilibrio es la base, y se tienen en cuenta las relaciones interpersonales y la conciliación familiar en todos los casos. La visión de largo plazo que tiene este tipo de organización permite una buena planificación de todas las actividades adaptando cada situación de la mejor manera posible. A nivel estratégico El Rebost cuenta con todos los ingredientes para perdurar en el tiempo y ofrece un servicio impagable a la comunidad ofreciendo un servicio necesario y resaltando valores que desafortunadamente se están perdiendo cada vez más.

La experiencia de visitar El Rebost me ha permitido valorar cosas de las que no somos conscientes o no nos paramos a pensar en el día a día. Poder comer 3 o 4 veces al día es un privilegio igual que accionar un interruptor y tener luz o girar un grifo y disponer de agua potable, pero no tenemos esa visión hasta que no vemos las consecuencias que supone que nos falten estos lujos del mundo moderno. En este caso concreto, y visto desde el punto de vista del voluntario, cambia la percepción que podemos tener de los productos de primera necesidad y al adentrarnos en esta comunidad entendemos cosas que quizás pasaban desapercibidas o simplemente no las queríamos ver.


Entrevista con Francisca Sánchez

Francisca de 63 años es colaboradora en el Rebost Solidari desde hace 3 años. Ahora mismo está jubilada y dedica la mañana de los lunes a ayudar en esta organización de la que tanto se siente identificada. Durante estos días ha sido mi guía y también a accedido a responder algunas sobre la labor que realiza y la visión que tiene de esta organización.

“Antes en un día normal atendíamos a 10 familias pero ahora hemos tenido días que hemos ayudado a más de 30 familias en tan solo un solo día”

¿Por qué decidiste formar parte del Rebost Solidari?

Me gusta ayudar y siempre he querido formar parte de una organización de este tipo. No he podido hacerlo antes porque tenía que hacerme cargo de mi madre y no tenía tiempo libre suficiente, pero en cuanto he tenido la oportunidad no he dudado en ayudar en el Rebost Solidari.

¿Que experiencia te ha impactado más en todo este tiempo?

Me ha impactado mucho la cantidad de gente que hay con pocos recursos. No os imagináis el número de familias necesitadas que conviven con nosotros, cuando vemos las noticias nos pensamos que se trata de una minoría y familias de barrios marginales, pero la realidad es que acuden familias muy conocidas que nunca pensé que necesitarían ayuda y eso te hace reflexionar.

¿Ha cambiado la visión que tenías de las cosas el hecho de participar en esta organización?

Totalmente, hasta que no lo ves por ti misma no puedes creer lo que está sucediendo. El hecho de atender a familias que están muy necesitadas de productos básicos, como gel de la ducha o pan, y que hasta hace poco tenía un empleo a jornada completa te hace reflexionar sobre el valor que le damos a las cosas.

¿Como es la relación con tus compañerXs? ¿Te sentiste acogida?

Desde el primer momento, mis compañerXs son un encanto y me recibieron con los brazos abiertos la verdad es que somos como una familia. El tipo de personas que forman parte del Rebost están dispuestas a ayudar en todo momento tanto a las personas que acuden a pedir alimentos como a cualquier compañero, te sientes arropada en todo momento.

¿Que aspectos mejorarias del funcionamiento del Rebost?

La verdad es que funciona todo muy bien, quizás se puede mejorar la cantidad de género que nos llega, ahora mismo hay mucha más demanda. No hay productos frescos por ejemplo, antes no pasaba nada porque venían 10 familias pero ahora ha habido días que hemos hecho más de 30 familias en un solo día. Por lo tanto podemos pasarnos días sin productos básicos porque no nos llega la cantidad necesaria.

Recomendarías a la gente participar en este tipo de organizaciones ¿Por que?

Lo recomendaría mucho, porque somos un conjunto de gente bien avenida que nos ayudamos y también nos gusta ayudar a las demás personas. A parte ocupas unas horas de tu tiempo libre en una labor social muy bonita y reconfortante, ayudas a tu prójimo y de paso estás entretenida en una labor social. ♥


Posibilidades de diseño

En mi visita he podido percibir algunas necesidades que no quedaban totalmente satisfechas y que son susceptibles de mejora. La organización de lugar es muy buena y la comunicación entre sus miembros también, pero no lo es tanto con las entidades locales para poder cubrir las necesidades que demandan los usuarios. También sería útil estimular  y promover la participación de más gente en este tipo de actividades ya que muchas veces falta personal para ayudar sobretodo gente joven. La cantidad de género y productos que llegan semanalmente a las despensas del Rebost muchas veces son insuficientes, por eso sería otro punto en el que se podría diseñar algún mecanismo para hacer que más entidades puedan colaborar.

  • Mejorar la comunicación con las entidades sociales (Ayuntamiento)
  • Promover la participación de más gente joven.
  • Incrementar la cantidad de productos se reciben, sobre todo productos frescos.

Bibliografía

  • Web Creu Roja alt Maresme

http://creurojaaltmaresme.org/web/index.php/el-rebost/pine- da-de-mar/que-es-el-rebost/12-entitat/66-rebost-de-pineda-de-mar

  • Web de Pineda de Mar

https://www.pinedademar.cat/serveis/serveis-socials/rebost-solidari

  • Video El Rebost solidari de Pineda de Mar

  • Video Jan Chipchase: Design anthropology

  • Energy & Digital Living presents ethnogra- phic research around energy, digital media and everyday life in UK homes.

http://energyanddigitalliving.com/

  • PEC 2 Kit de Campo

https://tonipazos.folio.uoc.edu/2021/03/20/kit-de-campo-para-el-re- bost-solidari/


Un debat en “%1$s”

  1. Hola Antonio,
    me ha parecido muy interesante tu trabajo. Ojalá hubiera más conciencia social y más puestos como estos para ayudar a personas que tanto lo necesitan. Gracias por compartirlo. Quería aprovechar este mensaje para preguntarte ¿pudiste saber las expectativas de Francisca, Mari Carmen o Elvira en cuanto a lo que esperan a medio-largo plazo de este tipo de Rebost Solidari? ¿les gustaría ir más allá en cuanto a colaboración/voluntariado para evolucionar estas ayudas y por qué precisamente eligieron Rebost Solidari y no otro tipo de asociaciones que se dedican a cuestiones parecidas? Gracias de nuevo y felicidades por tu trabajo de investigación.
    Un saludo
    Manuel
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